SURGIMIENTO DEL CORRAL CALABAZAR EN 1577

Profesor Eduardo Milian Bernal.( Historiador) (Resena e imágenes protegidas por los derechos de autor)

440 Aniversarios de un nombre

El otorgamiento oficial de las tierras en calidad de mercedes se inició en la Isla hacia 1536, fecha en la que los cabildos de Sancti Spíritus y la Habana realizan los primeros repartimientos. Las mercedes eran principalmente de dos tipos: los hatos o haciendas para la cría de ganado mayor y los corrales para la crianza de ganado menor.

   Como parte de este proceso de división territorial, el 8 de noviembre de 1577,( hace justamenhte 440 anos), el Cabildo de San Cristóbal de la Habana registró la solicitud de merced del corral denominado “Calabazal”(palabra terminada en letra L, según escritura de la epoca), a petición del Regidor y Tesorero Real, Juan Bautista de Rojas, miembro de una de las familias de mayor rango y poder económico de la Isla. En el acta del cabildo celebrado ese día aparece la referida solicitud en los términos siguientes:

     “ ... viose e leyose una de dichas peticiones en que dice e pide el dicho Juan Bautista de Rojas, tesorero que en término desta villa, quatro leguas della está un pedaco de tierra vaco en que se puede poner un corral de ganado menor, que llaman Calabazal, legua y media de corral de Pineda. Suplico a su señoría sean servido de hazer merced de dicho sitio para en que ponga e  pueble dicho corral; e que en ello recibirá merced de más de beneficios que se haze a esta isla...(1)*

El otorgamiento se hizo “sin perjuicio de tercero”, para la cría de ganado menor, con la obligación de poblarlo en un término de ocho meses. Si se lee  con detenimiento la referida petición se puede arribar a conclusiones esclarecedoras: primero; que hasta esa fecha no existía propiedad legal reconocida sobre estas tierras, salvo los ranchos   y  conucos  erigidos   junto  al  camino  real  y  que  ahora formarían parte  de uno u otro corral; segundo; que desde lejanos tiempos se identifica este punto con el nombre Calabazar; tercero, la presencia de una naciente economía dependiente de la cría de ganado menor, principalmente porcino que no exigía un gran cuidado por la prodigalidad de los palmares y abundantes fuentes de agua potable; cuarto, el asentamiento con carácter estable de los primeros pobladores por cuanto una economía de estas características conlleva a la presencia de monteros y peones como fuerza de trabajo estable para acorralar al ganado que debe enviarse a la ciudad.

   Al igual que el resto de las haciendas de la Isla, en su centro se levantó la casa del viajero, provista de agua y leña para el uso de los que pasasen por el camino real; el bohío del mayoral, las casuchas de monteros y peones y un área destinada a cultivos de subsistencia para la alimentación del reducido núcleo humano. Como era usual, su propietario absentista, miembro de la élite engendrada por la colonización, residía en la capital y ocupaba un importante cargo en el cabildo de la villa (2).

   Un exhaustivo estudio de planos y mapas de la época demuestra que el centro de este corral estuvo ubicado en la margen derecha del río, -justamente al borde del camino al Matabanó- , en el mismo lugar donde hoy se encuentra el reparto Las Cañas Bravas. Por el oeste linda con el corral de Sacalohondo; por el sur, se extendía hasta Rancho Boyeros; con el corral de La Chorrera, por el este; y por norte con el sitio nombrado Corralillo y el corral de San Juan. (3)Dentro de sus derroteros quedaron incluidas las tierras en las que más de dos siglos después se crearon los caseríos de Calabazar, Rancho Boyeros y Arroyo Naranjo(4).

  Estos primitivos repartimientos de tierras se hacían sin orden  ni concierto, con una brújula y un bramante*. La primera para indicar el rumbo, el segundo para medir. Si a esto se une que las mercedes no estaban cercadas ni deslindadas y en ocasiones se superponen unas sobre otras,se podrá comprender el por qué de los pleitos y frecuentes litigios, resultado de la confusión existente y de la voracidad de los propietarios más poderosos que en ocasiones alegaban su derecho sobre terrenos colindantes y realengos.

  Esta es la causa por la cual el  corral “Calabazar”, en ocasiones aparece con otra denominación o simplemente le superponen otros limítrofes reduciendo su demarcación5. Esto se debe a los litigios  territoriales-, que dicho de paso no eran poco-, con los corrales vecinos. Esta es la causa por la cual este  corral en ocasiones aparece con otra denominación o simplemente le superponen otros limítrofes reduciendo su demarcación (ver planos de la época)6.

   Por esa razón la historia de estas propiedades es muy accidentada. La precipitación de los repartimientos que en ocasiones se hacía difícil localizarlos, la inexactitud de sus medidas o la ausencia de reconocimiento oficial originó  numerosos y complicados pleitos entre los colonizadores .En ocasiones algunos de estos hatos y corrales cambiaron de beneficiarios por derecho de herencia  o simplemente por  incumplir en el plazo señalado con los requerimientos establecidos por el cabildo. Esta es la causa de que en fecha imprecisa, el corral “Calabazar”, pasó a manos de Tomas de Torres, hasta su desaparición y fraccionamiento definitivo.

CITAS Y NOTAS

1- Actas Capitulares de San Cristóbal de La Habana. Oficina del Historiador de la ciudad. Tomo III     1575-1578). Pág. 167.

*-Esta cita es copia fiel del original. Se ha respetado la ortografía de la época.

2-Eduardo Milian. Historia de Calabazar de la Habana. Editorial Imágenes.La Habana,2002

3-Eduardo Milian. La Capital y sus Municipios. Historia Habanera.

4-Sintesis Historica del Municipio Boyeros.Eduardo Milian y otros.

5-Archivo de Indias. Plano del territorio de La Habana. (Hatos y Corrales). Madrid 1775.El autor  posee fotocopia de dicho plano.( Ver pág. 132).

6-Bernal. O,cit

 

 

 

Fotogalería: EL CORRAL CALABAZAR DESDE 1577