CARLOS MANUEL DE CESPEDES. “UN HOMBRE DE MARMOL”

Prof. Eduardo Milian  (Historiador)

Articulo protegido por los derechos de autor de Facebook) La seriedad  y fiabilidad de los contenidos aquí  expuesto está por encima de toda concepción errónea y unilateral .Siempre fiel al principio de la verdad martiana.

"El que pone de lado, por voluntad u olvido, una parte de la verdad, cae a la larga por la verdad que le falto, que crece en la negligencia y derriba a lo que se levanta sin ella".   José Martí.

RESUMEN 

Es un artículo que aborda el significado del 10 de octubre y el rol desempeñado por Carlos Manuel de Céspedes, el hombre que con esta acción entro definitivamente en la historia patria a pesar de erróneas interpretaciones de algunos “estudiosos” que analizan los acontecimientos de la historia cubana del siglo XIX y sus participantes alejados del contexto donde se desarrollan y lo que es peor enjuiciando y demeritando a los próceres no sabemos con qué escondido propósitos. Este articulo echa por tierra  esos argumentos de “cronistas por cuenta propia” y foreros  que tergiversan la historia con palabreos de escasa cientificidad y alejados de la realidad. Mensajes que aparentan en su línea un perfil académico e historicista pero que en el fondo esconden sórdidas  intenciones que nada tienen que ver con el análisis científico de los hechos y de las personalidades en la historia. Se aborda tal asunto con la cientificidad suficiente para desmentir a tiempo cualquier distorsión que dañe los sentimientos patrios, esa es la razón de este artículo.

PREAMBULO:

Ante la proximidad del 10 de octubre, fecha que marca en el calendario el inicio de nuestras guerras independentista he creído un deber y más que un deber una obligación abordar en sucinto análisis el significado de  aquel acto y el rol desempeñado por Carlos Manuel de Céspedes, el hombre que  con esta acción entro definitivamente en la historia patria a pesar de erróneos interpretaciones de algunos “estudiosos” que analizan los acontecimientos de la historia cubana del siglo XIX y sus participantes alejados del contexto donde se desarrollan y lo que es peor enjuiciando y demeritando a los próceres no sabemos con qué recóndito propósito; tergiversando la historia con verbosidades de escasa cientificidad y alejados de la realidad. Mensajes que aparentan en su línea un perfil académico e historicista pero que en el fondo esconden sórdidas  intenciones que nada tienen que ver con el análisis  de los hechos y de las personalidades en la historia. ¿Resuelve ese modo de pensar algún problema contemporáneo?  No lo creo, todo lo contario. Sin ánimo de polemizar y con el respeto  que merecen los que así piensan y escriben acerca de tal asunto, expondré mis propias ideas y puntos de vista que también son merecedoras de respeto y debida consideración. He aquí estas ideas:

DESARROLLO

PROCEDER PELIGROSO Y POLEMICO

La historia no es un panfleto novelesco de pacotilla que se escribe alejado de la cotidianidad y fuera de contexto. A la distancia del tiempo no resulta fácil analizar las personalidades alejado del sitio y época donde se desarrollan. Los “cronistas por cuenta” propia o “articulistas” que erróneamente así escriben jamás podrán ostentar el honorable titulo de historiadores. Ciertamente escribir acerca de nuestros grandes hombres y reconstruir los hechos donde participan es siempre peligroso, se puede enfocar desde una doble condición: crear personajes míticos, endiosados, fantásticos  y alejados de la realidad forjando una idea idílica o asumir una postura polémica pero de justicia histórica reconociendo su rol. Los historiadores de probada honestidad y que se aprecian como tal no temen a la polémica siempre que se ajuste a la razón y a la cientificidad.

¿Cómo conjugar la verdad sin caer en lo insustancial e insípido?¿Debemos enorgullecernos de la actitud de nuestros próceres o simplemente detenernos en imperfecciones?¿En los tiempos que vivimos podemos regirnos por la ideología de nuestros próceres?¿El patriotismo es  instrumento temporal al servicio de determinados  intereses o resulta válida para todos los tiempos? ¿Por qué algunos estudiosos centran su atención en la figura de Céspedes y lo confrontan con otras personalidades de la época? ¿Cuál es el propósito de los que se detienen a desacreditar a los hombres que sentaron las bases de la nación? Esto tiene su historia, contribuiré en la medida de lo posible a desentrañar tal asunto.

  El problema reside en que al analizar cualquier personalidad trátese de quien se trate algunos estudiosos quedan en la superficie, sin ver un ser humano integral, con virtudes e imperfecciones. Para mí son mayores las virtudes que imperfecciones de los próceres. Recuerdo el pensamiento martiano sobre la luz del sol y las manchas y su concepto de la crítica. Invito a los lectores interesados incursionar en ambos pensamientos. Estos detractores de la historia cubana ignoran y no sienten que detrás de la información que se lee hay un ser humano con errores y maculas por ser precisamente un ser humano, no un extraterrestre. Esto es válido incluso para el propio Apóstol y soy un convencido martiano de cuna y pensamiento. En mis recuerdos viene a mi memoria las palabras de nuestro Apóstol pronunciadas en una fecha tan distante como 1889: (…)” los enanos vestidos de papel se suben sobre los cadáveres de los héroes, para excomulgar a los que están continuando su obra”(1). Esto es muy común en el pasado y en nuestro tiempo en dependencia de quien asume el rol de continuador de ese legado. Pero entremos en materia  despejando la incógnita ¿Quién era Céspedes?

 CESPEDES EL INICIADOR

Primeramente analicemos al hombre, al patriota que emprendió el camino libertario: ¿Quién era ciertamente este hombre? Aquí es donde algunos analistas y pseudos historiadores se dividen escudándose con solapados intereses, buscan examinar al individuo minimizando su personalidad y papel desempeñado en los acontecimientos, entre ellos  están los que consideran erróneamente que el 10 de octubre fue un acto coyuntural dictado solo por intereses económicos y de clase. Ignoran que por encima de ciertos privilegios existen hombres capaces de hacer dejación de su fortuna y de otros privilegios materiales en aras de su sentimiento nacional liberador que por razones conocidas iba cristalizando en el contexto de la Cuba de mediados del siglo XIX. Céspedes, el jefe supremo de la lucha era uno de esos hombres- con imperfecciones y virtudes- definido como “Padre de la Patria” por su inquebrantable firmeza cuando al caer prisionero el menor de sus hijo supedita el amor paternal al imperativo del deber y pronuncia su memorable frase aunque esta decisión acarreara el adversidad de perder su hijo puesto en la balanza de claudicar o perecer ante las descargas del Ejercito colonial; Céspedes pronuncio esas palabras sin paralelo que han trascendido para la historia:“Oscar no es mi único hijo, lo son todos aquellos que mueren por nuestras libertades patria”, palabras que a pesar del tiempo siguen en nuestros corazones. Esta fue una fuerte e incomparable prueba, no la única de tantas que le deparo el destino que también identifican su ilustre figura como el hombre que le correspondió el papel de encender la llama que prendió el polvorín patrio en aquel lejano octubre. Suficiente es su pensamiento al afirmar: (…) por la libertad e independencia de mi patria sacrificaré toda mi vida, sin que haya ninguna circunstancia por difícil y aflictiva que sea, capaz de alterar esa inquebrantable voluntad (…)”(*) ¿Actuarían de este modo los que vituperan de su papel en aquel contexto?.Seguro no todos procederían de este modo. Otros centran su atención en las contradicciones ocasionales que por una u otra razón siempre aparecen en la proyección de una contienda.

SUPUESTAS CONTRADICCIONES

Craso error de los que buscan una supuesta contradicción entre su gesto libertario y el interés económico. Los que así piensan los anima otras ventajas ajenas a los intereses nacionales .Es suficiente incursionar en el manifiesto dado a conocer el 10 de octubre, en Damajagua, documento que fundamenta tal acción Debo aclarar de paso que es un error reincidente decir La Demajagua (el articulo “La” sobra).

En otro  peldaño de la insensatez y de la controversia  se encuentran los desconocedores e ilusos que catalogan a Céspedes como oportunista porque adelanto la fecha del levantamiento 3 meses y le quito el titulo de padre de la patria a Francisco Vicente Aguilera que fue el principal organizador de todo el levantamiento.. Tal modo simplista de análisis no merece comentario alguno. Ignoran el riesgo que amenazaba la conspiración y el estallido armado era ineludible, un paso determinante y necesario. Ciertamente pudo ser Aguilera; y aclaro soy por muchas razones un ferviente admirador de ese patricio, pero le correspondió a Céspedes como el conspirador más decidido,-termino diferente a oportunista,- a quien la historia le deparaba tal rol, de lo contrario la conspiración hubiese sido abortada y el inicio de las luchas independentista tendría que posponerse y esperar otra oportunidad. Si esto se considera oportunismo ¿Donde situar su rol de visionario que salvo la conspiración liberadora? El problema es un asunto  de contexto, generacional, de formación y hasta de respeto a los patricios, a los fundadores de la nación cubana. Seamos justos, investiguemos y sobre todo, pongamos la moral como va: en línea recta y clara, nunca difusa e imprecisa, eso es inteligencia y ética  profesional.  ¿Quién otro tuvo esa actitud ante los destinos de la patria irredenta? Nadie. Si fue oportunista y avaro como algunos lo tildan ¿Por qué tantos cubanos humildes libres y esclavos lo apoyaron y siguieron? Se puede engañar un tiempo pero no todo el tiempo, suficiente experiencia tenemos. El problema es que a la hora de nuestro infortunio los próceres merecen respeto como fundadores de la nación cubana, trazado el camino  y haber encarado mil veces la muerte en el combate. Y de desacuerdos, discrepancias y diversas opiniones ni hablar. Contradicciones entre los iniciadores existieron, era obvio en un país económicamente fraccionado y golpeado por la crisis mundial y su reflejo en la conciencia de los hombre. Se recogen muchas y de diverso matiz. Entre Céspedes y Agramonte, Calixto García y Carlos Manuel de Céspedes; Maceo y Martí y hasta Martí y Gómez. Es suficiente recordar cuando el Apóstol  le dijo a Gómez, "Mi General, una nación no se gobierna como un cuartel" palabras que expresan una contradicción de opiniones. Pero nunca produjeron situaciones insalvables, recordemos cuando ambos se fueron por encima de cualquier concepción contraria y firmaron en Santo Domingo el Manifiesto unitario en Montecristi.

UNA HISTORIA OBJETIVA

Ciertamente la Historia puede y debe ser investigada con profundidad y objetividad, repasar, revisar releer y hasta reescribir ciertos hechos cuando es necesario pero conservando la objetividad y siempre los valores y riquezas de esta ciencia y sobre todo contextualizando el papel de los próceres. Sin denigrar ni opacar su actuación en los acontecimientos, eso es un golpe bajo. No comparto lo afirmado por Calixto García en sus memorias que: “los cubanos habían endiosado a los próceres del 68, particularmente a Céspedes”. Tras estas palabras se vislumbra un triste sentimiento que no se puede generalizar, rivalidades, antagonismos, pasiones de mando y localismo que como es conocido  al final,  conduce a la paz del Zanjón que dio termino a la lucha iniciada por Céspedes en 1868.

OTROS PERFILES POLEMICOS

Aspecto polémico en la historiografía cespediana es también el relativo al enfrentamiento en la Asamblea de Guáimaro, su concepción y la de Ignacio Agramonte  acerca de la creación de la república. Resplandece de nuevo el patricio cuando en aras de la unidad de la lucha supedito sus ideas y hasta la bandera enarbolada el 10 de octubre a las ideas  predominantes y  con esa virtuosa modestia que desarrollo contribuyo al nacimiento de la nación y consolidó la nacionalidad cubana al crearse un gobierno propio con una constitución, un himno y una bandera. Otros momentos polémicos se toman de la biografía cespediana por los detractores de su personalidad quienes adolecen del mismo mal analizado en líneas precedentes. El 27 de octubre de 1873, Céspedes fue destituido de su cargo de Presidente de la República en Armas debido a las discrepancias existentes desde los inicios de la guerra entre el presidente y la Cámara de Representantes. Con gallardía asumió la decisión y en acto de noble resignación luego de su destitución se retira solo y sin escolta hacia San Lorenzo en la Sierra Maestra donde se dedico a ensenar a los niños. ¿Quién carga con la  culpa de la falta de custodia y desprotección del ex presidente de la república en armas en un país lleno de fuerzas enemigas? Eso es otro tema que nos pone a pensar y se propone para un futuro artículo. No es casual que otro gran cubano, nuestro José Martí dijera sobre estos difíciles años de Céspedes: “(…)de pie juro la ley de la república el presidente Carlos Manuel de Céspedes con acento de entrañable  resignación, y el dejo sublime de quien ama a la patria de manera que ante ella depone  los que estimo decretos del destino (…). (2)

Alrededor  de su muerte en San Lorenzo se muestra por los analistas de su biografía un último  momento  polémico aquel 27 de febrero de 1874, cuando es sorprendido por los soldados españoles: ¿Murió en la acción o suicidio?(3) En una obra muy actualizada de la autoría de Rafael Acosta se retoma testimonios y los momentos más polémicos de ese grande de Cuba.

AVAL DE VERDADEROS PROFESIONALES

Para los que no han tenido oportunidad de profundizar en la historiografía de Céspedes como legitimo líder del proceso iniciado aquel octubre los invito a incursionar en una obra en tres tomos:”Documentos para la Historia de Cuba”, de la autoría de mis ilustres maestros universitarios los doctores Fernando Portuondo del Prado y Hortensia Pichardo Viñales, textos imprescindibles para el estudio de nuestra historia y los anécdotas de los profesores y catedráticos de la propia universidad, doctores José Luciano Franco y Sergio Aguirre y el propio Moreno Fraginal de quienes escuche  en doctas conferencias la exposición de esas ideas con sólidos y convincentes argumentos. ¿Son acaso estos experimentados maestros  con su  probado prestigio, historiadores improvisados, manipuladores y defensores de ideas peregrinas de una época transitoria? O por el contrario verdaderos especialistas, expertos analistas de probada honestidad y profesionalidad para todas la épocas y no solo para una de ellas esto representa importante aval. Su trayectoria y resultados  académicos en su ciencia  así lo confirman.

INVESTIGAR Y DESENTRANAR LOS HECHOS

Es verdad que muchos hechos de nuestra historia de antaño y otros más recientes hay que investigarlos, desentrañar los vericuetos más recoditos con el simple hechos de situar cada cosa en su sitio, encontrar la verdad. En eso estamos de acuerdo porque es misión científica de todo profesional que se respete, pero no quiere decir que renunciemos al pasado histórico “bueno o malo”, eso es  también historia con o sin manchas. Incursionar en este terreno es peligroso y complejo y únicamente los más expertos y con una mente privilegiada son capaces de realizarlo. No es tarea de improvisados “historiadores” alejados de la realidad, sino de hombres que oxigenan  ciencia hasta por las venas. Y no todos pueden hacerlo. Los hombres convertidos en próceres son (…) orgullo nuestro, y raíces de nuestra libertad y padres de nuestro corazón, y soles de nuestro cielo y del cielo de la justicia, y sombras que nadie ha de tocar sino con reverencia y ternura. ¡Y todo el que sirvió es sagrado!(..)( 4). Esta la óptica necesaria para estudiar la vida y obra de los patricios que ofrendaron sus vidas a la libertad de Cuba.

 Otro error inverosímil de algunos autores y foreros que se permiten cuestionar la historia vivida afirman que la nación cubana no existe; que ella se fundamenta en mentiras amontonadas por el polvo de la historia. Irrita, es irrisorio y hasta burlesco escuchar este absurdo modo de pensar  acerca de una nación que existe como las palmas reales y que se aprobó en Guáimaro en medio de la contienda, cuando había que tener coraje y decisión esas que tanta falta hace en nuestros días. Allí surgió la nación cubana. El problema consiste en que los hechos estudiados son tan lejanos que permiten la confusión y en ocasiones el olvido, acontecimientos reales surgidos de solidas verdades. no del polvo de la historia sino del polvo del galopar de los briosos caballos con valientes jinetes que hicieron rodar cabezas peninsulares para forjar esa nación. ¿Qué es para estos articulistas una nación?¿Cual es el concepto de nación que acarician los que así piensan? No creo puedan definirlo, es tema muy profundo para su sapiencia.

LA HISTORIA NO ES DE NADIE EN PARTICULAR

Por último, es válido subrayar que la historia no es de nadie en particular aunque algunos  intenten apropiarse de sus enseñanzas. No es una propiedad que cambia de dueño como los bienes materiales. Nadie puede asirse de ella sublimando principios  a su antojo, hacerse heredero de sus luchas y valorar a su conveniencia ciertos conceptos, eso no es culpa de la historia y menos aun de los próceres, ni de la población. Los que así actúan cuentan para ello con  el apoyo de algunos profesionales de dicha ciencia que convierten los hechos en aptos para ser adoptados y adaptados a dichos intereses abonando el terreno para  completar la sumisión de la mayoría. Sin embargo, a pesar de cualquier bache temporal la historia se recupera, profundiza, restablece  y en algunos temas insuficiente o incorrectamente abordados  se reescribe objetivamente, eso es ciencia, pero no puede ser cambiada en modo alguno. Los auténticos historiadores de probada honestidad intelectual al escribir no la convierten  en un folletín fantasioso limitado a un simple barniz; el científico que se respete no actúa así. Es cierto que algunos que incursionan en este campo por una u otra razón no ven el fenómeno en toda su dimensión, con sus valores y desvalores, pero de ahí a desacreditar a los hombres que sentaron las bases de la nación va un gran trecho. Un numero inespecífico de esos articulistas inescrupulosos han hablado hasta de Martí sin fundamento, solo  como chismorreo de viejas de barriada. Todos somos seres humanos, imperfectos, con manchas algunas producto de la inexperiencia principalmente en los años mozos. Todos en algún momento hemos pecado de románticos e idealistas ¿Quién no ha pasado por esa fase? ¿Quién tira la primera piedra? Pero de ahí a vilipendiar y vituperar de los patricios es inaceptable y falto de ética. ¿Qué es lo importante de ellos? Lo importante es su legado ese que está vivo, su patriotismo y su integridad moral, esa que en ocasiones escasea en nuestros días.

CONCLUSIONES

Para los que se dedican a rebuscar en la historia con malsano propósito deben recordar que hasta el sol tiene sus manchas, pero lo que hay que ver es el bien que hace el sol sobre la tierra y los hombres, hagan lo mismo con sus semejantes, defiendan a los que en su momento lucharon por una Cuba libre e independiente, sin cortapisas, dejen de mirar las manchas y la paja en el ojo ajeno, vean antes la que tienen en el suyo, todo ser humano tiene sus debilidades , escondrijos y sus defectos, mas las virtudes son las que hacen lideres, grandes médicos, poetas, presidentes, no destruyan más, ya tenemos suficiente estragos para detenernos en nimiedades. Por encima de cualquier diferencia temporal o lugar donde se encuentre un coterráneo lo principal es su cubanía .No se puede hacer un presente y proyectar un futuro sin mirar al pasado, si queremos mejores resultados tenemos que buscar para no cometer los mismos errores si se cometieron. No podemos pensar que aquello es viejo que no sirve, que ha pasado de moda, en ese error han caído otros, no podemos descalificar la historia, mucho de lo malo que tenemos y que no comprendimos a tiempo precisamente se encuentra en la historia transitada, en la inexperiencia y la falta de visión. Por ley natural de la vida, tenemos un pasado, un presente y un futuro que de cierta manera concebimos poniéndonos metas. Ciertamente las soluciones nuestras no pueden estar basadas en el pensamiento de hace dos siglos. La ideología y el mundo han cambiado mucho. Ni siquiera Martí, y yo soy un ferviente martiano, tiene las soluciones a los problemas actuales pero ellos señalaron el camino y desempeñaron un papel que debemos respetar. Como dice un buen compatriota, un cubano integro que cuento entre mis alumnos y preciados amigos:Cito” (…) esos individuos en vez de dedicar cuartillas a los dignos hombre de nuestra historia debían  escribir mejor sobre la historia oscura de otros que han lucrado con el dolor y no de un hombre  que solo oír su nombre y el solo hecho de  alzarse contra el yugo español tiene meritos suficientes para, aun siendo verdad algunos errores e imperfecciones, en la historia de la patria debe estar en un altar”(*). No es casual que nuestro Martí definiera a Céspedes como: “Un Hombre de Mármol”. A la imparcial historia y a sus profesionales integro  corresponde juzgar los actos de ayer y sus actores, pero sin herir ni desacreditar  su papel, esa  es una tarea de grandes no de pigmeos y exigimos respeto.Cito: “Los que piensan diferente sírvase mejor en destacar su grandeza y critíquese y escriba sobre los verdaderos culpables de la destrucción de la patria”(**). En este sentido viene a mi memoria las palabras de Martí en su discurso en conmemoración del 10 octubre, en 1889, en New York: Merecemos en la hora de nuestro infortunio, el respeto de los que no nos ayudaron cuando quisimos sacudirlo. La nueva generación es digna de sus padres. (5)….¡Ya me parece ver brillar el sol sobre las estatuas de los héroes, y sobre el pórtico de palmas de mármol!(6)

Es lamentable que, a pesar de las veces que se desploma y demuestra la falsedad de una mentira como la que nos ocupa siempre queda un número de personas que continuara creyendo que es verdad. A mi memoria asiste una popular frase de Mark Twain, cuando afirmo que: “Una mentira puede dar media vuelta al mundo mientras la verdad aun se pone los zapatos”. Nuestra verdad tiene los zapatos puestos hace tiempo porque abordamos este asunto con autenticidad para desmentir a tiempo cualquier distorsión que dañe los sentimientos patrios, esa es la razón de este artículo.

Acerca del autor

Mc. Dr. Ciencias Históricas. Profesor Universitario, historiador y escritor con publicaciones en Cuba, Estados Unidos y Latinoamérica, entre otros. Especialista en Cultura y tradiciones e Historia Regional y Local.

------------------

CITAS Y NOTAS

1-Jose Martí. Discurso por el 10 de octubre: New York. 1889

*- Palabras de Carlos Manuel de Cespedes.

2-Ibidem. (Fragmentos) Discurso 10 de octubre

3_-Rafael Acosta. La solución quebrada de San Lorenzo.

4- Discurso de José Marti.10 de octubre de 1891(Fragmentos)

5-Discursos 1889, José Martí.(Fragmentos)

*- Lic. Arturo Manuel del Monte

**-Ídem.

6- Documentos para la Historia de Cuba. Hortensia Pichardo

7- Notas varias del Archivo del autor.

8-Biblioteca  Nacional José Martí y Archivo Nacional de la República de Cuba

9-Agradecimiento a Carlos Valiente Romero y Rubén Santos por su colaboración

 

Fotogalería: CARLOS MANUEL DE CESPEDES. “UN HOMBRE DE MARMOL”