PRIMERA VISITA DE GOMEZ  AL CACAHUAL  

 

Prof. Eduardo Milian Bernal (Historiador). Del libro de mi autoría. “El Cacahual: Historia y Tradición”. Obra protegida por los derechos de autor. Se prohíbe reproducción de contenido e imágenes sin autorización.

 

Autenticidad del secreto conservado

Con la culminación  de  la Guerra de independencia de Cuba, iniciada en 1895  y la posterior entrada a la Habana del  heroico Ejército Libertador el  24 de febrero de 1899,-instante en que la población de la Capital le ofreció un apoteósico recibimiento al general Máximo Gómez, el panorama político y social de Cuba en aquellos instantes era confuso, el país estaba sumido en la más espantosa ruina, dividido e intervenido por un poder foráneo. En medio de la grave y compleja situación que se atravesaba en esos instantes, uno de los primeros propósitos del Mayor General Gómez, a pocos días de su entrada triunfal en la capital, fue visitar el lugar donde, según sus informes se encontraban sepultados los restos del General Antonio Maceo y de su hijo, el Capitán Francisco Gómez Toro (Panchito).El 28 de febrero de 1899 (1), a  caballo, seguido de algunos de sus compañeros de armas, visitó el General el bohío de los Pérez, allí en la finca Cacahual, de cuyos moradores tenía noticias sobre la verdadera autenticidad del conservado secreto

EMOTIVO INSTANTE EN CACAHUAL

De una narración realizada a la revista Carteles, en 1931 y reproducida por Miguel Delgado, hermano del coronel Juan Delgado, a continuación se  recoge una síntesis del testimonio de  Bernardo Gómez Toro, hijo del Jefe del Ejército Libertador, acerca del emotivo instante de la presencia de Gómez en el bohío de la familia Pérez, en el Cacahual, de dicho testimonio transcribimos una síntesis del  diálogo:

“(…) la escena fue sencilla… el noble guajiro Pérez, a preguntas de su visitante, se expresó con estas o análogas palabras:

“-Cierto General, que yo y mis hijos- estos que usted ve aquí- (señaló para Romualdo, Leandro y Ramón), somos los hombres que dieron sepultura muy cerca de aquí, donde pronto le señalaré, al General Antonio Maceo y a su difunto hijo de usted.(2)…”

Después de escuchar los detalles de los hechos narrados por el propio campesino Pedro Pérez el Generalísimo desde el bohío de los sencillos campesinos , con estos, sus familiares y demás presentes, se dirigió hasta una distancia aproximada de medio kilómetro, donde Don Pedro y sus hijos señalaron el lugar de la fosa funeraria(…)”(3) .

Aquí concluye la síntesis de la narración de Bernardo Gómez Toro, recogida en la obra La caída del Titán.Por su presencia y la cercanía familiar al general no se duda de la exactitud y veracidad de este valioso testimonio.

   Después de los tristes acontecimientos de finales de siglo que condujeron a la  destitución de Gómez como General en Jefe del Ejército Libertador y a la disolución de las instituciones representativas de la Revolución independentista, el experimentado guerrero de la libertad, víctima de intrigas e inconsecuencias y con la amarga realidad de no haber cumplido aun su anhelo independentista, decide hacer lo que el desarrollo de la contienda le impidió; proceder a la exhumación de los restos de Maceo y de su hijo Panchito enterrados en las elevaciones de Bejucal y la construcción de un Panteón a los héroes.

ANTECEDENTES DE LA EXHUMACION

Con la llegada a Cuba de su adorada Manana y sus hijos, el 3 de agosto de ese azaroso año 1899, se inician sus gestiones con tal propósito. A inicio del propio mes de agosto de 1899, se dirige Máximo Gómez a la ciudad de Bejucal en solicitud de ayuda para iniciar los trabajos, ya con la autorización oficial, para la exhumación de los restos (4). Aquí obtiene la cooperación más decidida, al igual que en Santiago de las Vegas a donde se encamina después.

En estas circunstancias el Ayuntamiento de Bejucal, presidido en ese entonces por el Dr. Isidro Zertucha  Ojeda(5), en sesión solemne, el 25 de agosto de 1899, hace lectura de una solicitud del General en la que solicita colaboración para la realización de los trabajos con vista a la construcción de un Panteón para conservar los restos de los héroes que ofrecieron sus vidas por las libertades cubanas (6).Sin duda alguna, Máximo Gómez se mantuvo desde un principio en contacto con las autoridades locales de esa ciudad con ese propósito

EL GENERALISIMO EN BEJUCAL

En su trabajo intitulado “Septiembre 1899, estancia del General Máximo Gómez en Bejucal”, el historiador bejucaleño Oscar Sánchez Arencibia expresa que:

(…) “en los primeros días del mes de septiembre del propio año 1899, el General Gómez en unión de sus familiares se traslada a la ciudad de Bejucal, con el objetivo de organizar los preparativos para la exhumación de los restos del General Antonio Maceo y Panchito Gómez Toro (7)”

Lo cierto es que el 8 de septiembre de 1899, el Generalísimo expresa públicamente en el periódico habanero “La Lucha”, la idea de proceder a la exhumación de los restos de su hijo Panchito y de Maceo y la construcción de un Panteón a los héroes. Con este objetivo recibió ayuda de los Ayuntamientos de Bejucal y Santiago de las Vegas.

La proximidad a las tierras del Cacahual que guardan celosamente los preciados restos, la oferta del alcalde Isidro Zertucha, y el ofrecimiento de una casa en esa población lo estimuló a residir ocasionalmente  en Bejucal.

En la afanosa búsqueda destinada a esclarecer la fecha exacta de la instalación de la

familia Gómez Toro en Bejucal se presentan discordancias. Algunos historiadores sostienen que eso ocurre a mediados del mes de agosto de 1899, otros, que esto Se produce en los primeros días del mes de septiembre, ocasión en que  el Generalísimo

visitó Bejucal, regresando a la capital en horas de la tarde. Si para esta última fecha residía ya en Bejucal es de suponer que no tenía por qué regresar a La Habana ese mismo día 11 de septiembre como lo hizo.

GESTIONES PARA LA  EXHUMACION

Es evidente que, como precedente.-digamos primer paso-, del proceso de exhumación, el General Gómez solicitó la colaboración del Ayuntamiento de Bejucal, hecho que a todas luces se produce en agosto de 1899,- así consta en el acta de referencia-, después, en septiembre del propio año es cuando se produce el traslado a esa ciudad en unión de sus familiares estableciéndose en la casa colonial marcada con el No. 42, de la calle Luna , (hoy calle10), frente a la  antigua Plaza de Armas de esa población, (hoy calle10), propiedad de Dña. Beatriz Domínguez (8), con el propósito de atender todo lo relacionado con la  exhumación de los restos, depositados en la Sierra de Bejucal, a media legua de la localidad homónima, donde Pedro Pérez Rivero los guardó contra profanaciones enemigas (9). Y  realizar gestiones para construir un Panteón en el Cacahual. Su estancia en esa población, fue alrededor de tres meses y quince días. La edificación  convenientemente amueblada le fue facilitada por el Ayuntamiento local al ilustre mambí, que venía al reencuentro con dos seres queridos.

La lectura de un esclarecedor artículo del periódico habanero “La Discusión”, de fecha 19 de septiembre de 1899,- corrobora que la familia Gómez-Toro arribó a Bejucal en horas de la mañana, del propio  día 17, procedente de La Habana(10). De aquí se infiere que las visitas anteriores se producen como parte de los preparativos, pero no radicó  permanentemente. Asuntos relacionados con el licenciamiento  del Ejército Mambí y otros compromisos patrióticos en la capital se lo impide.

Lo cierto es que,- independientemente de la precisión de fecha-, su presencia en esta población, en uno u otro momento, en una u otra ocasión, fue temporal y tuvo un propósito esencial; el proceso de exhumación, primero y la construcción del Panteón después, asunto que  confirma en correspondencia personal a su amigo, el general Francisco Carrillo, con fecha 21 de septiembre de 1899, desde esa ciudad :

Estoy aquí,en Bejucal, con la familia temporalmente para poder atender mejor a los restos de Panchito y Maceo. ”(11)

        En el tiempo en que el General permaneció en esa localidad participó en algunas reuniones celebradas en el Ayuntamiento con el propósito de aunar esfuerzos y los recursos necesarios para la construcción del panteón donde se guardarían los restos mortales del General Antonio Maceo y Panchito Gómez Toro. A pesar de los frecuentes ataques de asma que soportó en esa ciudad, Máximo Gómez recorría con frecuencia el añejo camino hasta el sagrado lugar. 

 FUENTES Y CITAS

1)En la obra: Máximo Gómez, aproximación a una cronología (1836-1905)De Francisco Pérez Guzmán y Violeta Serrano. Editorial Academia, 1986, La Habana.Pág 268, se precisa la fecha exacta de la primer visita del Generalísimo al Cacahual.

2)Testimonio de  Bernardo Gómez Toro, hijo del Jefe del Ejército Libertador, acerca del emotivo instante de la presencia de Gómez en el bohío de la familia Pérez, en el Cacahual,

3) Delgado, Miguel. Ob, cit. Pág. 130-131.

4) Según datos tomados del Expediente  del Cacahual, que se conserva en el Museo Historico Francisco Fina, del Municipio Boyeros, el permiso para la exhumación de los restos se otorgó al Generalísimo Máximo Gómez, el 29 de agosto de 1899. Esto se confirma en una carta de 31 de agosto, firmada por José Fernández de Cossío, alcalde de Santiago de las Vegas, que se conserva en el Archivo Nacional

5) Isidro T. Zertucha Ojeda ( 1853-1946) nació en la Habana. Estudiante de medicina, formo parte de los estudiantes acusados injustamente  de profanar la tumba  del periodista español Gonzalo de Castañón.

6)- Ayuntamiento de Bejucal. Acta de fecha 25 de agosto de 1899. Archivo del Museo Histórico Municipal.(1894-1899)

7)-Ayuntamiento de Bejucal. Ibidem

8)-Sánchez Arencibia, Oscar. “Septiembre 1899, estancia del General Máximo Gómez en Bejucal”

9)- Periódico La Discusión del  12 de septiembre de 1899.

10)-En esta vivienda colonial se encuentra en la actualidad el Círculo Infantil “Sombrerito de Pluma”, frente al pintoresco y  atractivo Parque Central de dicha población.

11)Llompar, Miguel. “Máximo Gómez en Bejucal”. Pág. 1-3 (inédito)  Material mecanografiado que se conserva  en el Museo Histórico Municipal de Bejucal-L