LA SUBLEVACION DE LOS VEGUEROS 

ALGUNAS PRECISIONES ACERCA DE LA SUBLEVACION  DE LOS VEGUEROS DE 1723 EN CUBA

La supuesta traición de los vegueros  santiagueros. Una falacia para dividir y vencer a los campesinos sublevados.

“Lo poco que he aprendido carece de valor, comparado con lo que ignoro, y no desespero en aprender.  (René Descartes)

Por.Prof. Eduardo Milian Bernal. Articulo protegido por los derechos de autor. Prohibida su reproducción sin autorización

PREFACIO

En  este atrayente tema incursionare en algunas  ideas que resultan  importantes para la ciencia histórica por cuanto contribuye a esclarecer hechos y acontecimientos, todo avalado por  documentos y testimonios de valor  que fundamentan y comprueban una vez más que esta es una ciencia  critica del pasado una ciencia capas de buscar los vínculos socio-históricos y las leyes que rige los fenómenos sociales. Imbuido en el cumplimiento  de estos principios y como un enamorado  de la incógnita  que encierra todo  acontecimiento o hecho decidí  incursionar en un asunto que guarda enigmas, vacios y paginas oscuras; la sublevación de los vegueros de 1723 y la supuesta traición de los vegueros santiagueros a aquel movimiento. Invito a  los lectores interesados en esclarecer ideas acerca de dicho tema  penetrar en la lógica de esta página de la historia de Cuba en cuyo análisis predomina  el espíritu científico,  el amor a la patria y al terruño  por encima de cualquier otro sentimiento. En correspondencia con estos principio  y utilizando para ello la consulta de los documentos y cartas de los propios vegueros a las autoridades colonialistas, y las respuestas de estos últimos se parte por el momento de una hipótesis cardinal:“…”en la jurisdicción santiaguera ningún cosechero pobre traicionó la rebelion.Para demostrarlo incursionare en los recodos de ese lejano acontecimiento  apartado de cualquier compromiso  o sentimiento  localista o apologético. En adelante se fundamentan  las ideas que se abordan en este  artículo. 

DESARROLLO 

 Para incursionar en tan apasionante acontecimiento partiré de un hecho conocido por todos; el cultivo del tabaco se había venido desarrollando en Cuba durante todo el siglo XVII. Su gran aceptación en los mercados europeos lo convierte, finalizando esa centuria y en las primeras décadas del siglo XVIII, en uno de los más lucrativos renglones exportables de la Isla. Al ser un producto de larga duración, poco peso y volumen, que además podía comercializarse por vías legales o de contrabando, los campesinos presionaron para que se les permitiera cultivarlo también en los predios más cercanos a La Habana, donde hasta entonces se había priorizado a los cultivos de subsistencia.(sic) Así se inicio la expansión de dicho cultivo por el centro -sur habanero.Desde los alejados territorios de Bejucal y Santiago de Las Vegas, hasta los inmediatos de Guanabacoa y Jesús del Monte, muchos terrenos se poblaron de la aromática hoja constituyéndose en sostén y fuente de crecimiento económico de numerosas familias.

 ¿Quiénes eran los Vegueros?

   Dentro de la sociedad colonial los vegueros eran humildes productores libres1 o sometidos a alguna forma de servidumbre. A inicios del siglo XVIII, mientras la industria azucarera cubana atraviesa la etapa inicial de su historia, el tabaco recibe el influjo de ciertos progresos coyunturales. En la misma medida en que se acrecentó el interés por la comercialización interior del tabaco y se emprendió años más tarde su exportación a gran escala, la metrópoli vio en este producto una nueva fuente de ingresos y enriquecimiento por lo que decretó su estanco, que no era otra cosa que el acaparamiento por parte de la corona de toda la producción de la Isla, lo que significó de hecho la explotación monopolista de su producción, medida aplicada por el centralismo borbónico que afectaba seriamente no solo a los grandes comerciantes habaneros sino también a los cosecheros de la aromática hoja2 Estos últimos  fueron utilizados por los grandes comerciantes  como tropa de choque en el enfrentamiento al monopolio establecido por la corona española. Lo cierto es que la situación creada trajo aparejado un creciente malestar en los productores y en especial los de la Habana, por estar en ella en número mayor de vegas, hecho que convierte el territorio en el principal escenario del más antiguo movimiento de rebeldía ocurrido en la isla y el único genuino y exclusivo de carácter económico(sic)

    El malestar se va convirtiendo en protesta verbal y de esta se pasó a la activa.En los campos los campesinos vegueros eran alentados con el propósito de rebelarse contra la injusta medida que afectaba principalmente a los más humildes, situación que condujo finalmente a la rebelión.

La Sublevación de los vegueros

    Con una solidaridad muy desarrollada para la época los vegueros se rebelaron en tres ocasiones: 1717; 1720; y 1723, son inobjetablemente que ellas forman parte de “los acontecimientos más emocionantes y significativos de la historia  de la isla en esos tiempos, pero es la última la que más se vincula con la zona centro-sur habanera. Sin duda, “el veguero reinició el grito resonante de libertad que no se escuchaba en nuestra tierra desde el inhumano chisporroteo de la pira de Hatuey”3.

   Si bien es cierto que durante las dos primeras el poblado de Jesús del Monte fue el punto de reunión de los campesinos que protestaban contra el monopolio, durante la tercera, las convulsas e irritadas masas de labradores procedentes de San Miguel del Padrón, Guanabacoa, Jesús del Monte, el Calvario, Arroyo Naranjo, etc. se reunieron con sus colegas de Calabazar en un conocido recodo del río, bajo la sombra de una frondosa ceiba ya desaparecida, (ver imagen de plano y ceiba) próximo al lugar donde años más tarde se levantó el primitivo puente de madera. En este histórico sitio, el 20 de febrero de 1723, los enardecidos campesinos acordaron destruir las cosechas de los propietarios que habían quebrantado los acuerdos de no vender el tabaco en efectivo, al precio de la tarifa oficial, no realizar nuevas siembras y además, arrancar el tabaco sembrado sin dejar una sola mata en pie.

Aparentes  causas del error histórico

La historiografía tradicional al analizar este hecho, limitada por las escasas y en ocasiones confusas fuentes documentales existentes, ha considerado que durante esta últimas sublevación, los cosecheros de Santiago de las Vegas y Bejucal incumplieron los acuerdos tomados por los amotinados traicionando el movimiento. Contrariamente a esta óptica de análisis, las últimas investigaciones realizadas y la consulta de los documentos elevados a la corona por los propios vegueros (documentos y cartas que se conservan en el Archivo de Indias nunca antes analizados, y que he podido tener en mano) arrojan numerosas situaciones contradictorias en relación con estos hechos y abre interrogantes que deben ser despejadas con nuevas indagaciones: Este articulo es únicamente un adelanto a tales resultados.

Lo cierto es que fuerzas poderosas encabezadas por Juan Núñez de Castilla,  Marqués de San Felipe y Santiago, fundador de Bejucal  y quien dio por nombre a su señorío San Felipe y Santiago del Bejucal; Felipe en honor del rey y Santiago, obviamente, con el propósito de que  la ermita de campo  allí existente  se trasladara a dicha población y que el nombre de dicha ermita y el propio caserío de Santiago reconocido como tal desde 1688, en el padrón de haciendas económicamente activas del occidente se juntara con el nombre  de San Felipe, Obviamente, se observa el interés y marcado propósito del Marques en absorber el pujante y prospero núcleo de población vecino (Santiago) contando con la complicidad del Gobernador y el Obispo..Este  poderoso señor no se limito a  esto, sino también se convierte en el usufructuario del producto del trabajo  de los vegueros santiagueros , cobrar censos  e interviene sin disimulo en los  asuntos de Santiago. Esto ocasiona dificultades a los cronistas para distinguir lo correspondiente a cada localidad fenómeno que en adelante  causo confusiones  que se ponen de manifiesto  en la Sublevación de 1723. Esto último se  comprueba  cuando el Márquez solicitó el auxilio del Gobernador para impedir la destrucción de “sus vegas” y éste lo prometió pidiendo que lo solicitaran por escrito. Al efecto, le fue solicitado por escrito por “el teniente, cabo y vecinos” de Santiago de Las Vegas, aunque la investigación sobre el particular ha evidenciado que el teniente que firma la carta es concuño del principal vecino de Bejucal(EL Marques)es además su colaborador y uno de los vecinos firmantes, Diego Rodríguez, lo es de Bejucal y no de Santiago, lo que nos hace dudar de su legitimidad 4. Lo cierto es que en la correspondencia cursada entre el Gobernador de la Isla y las autoridades de San Felipe y Santiago se puede constatar que estas ejercían una evidente tutela sobre sus vecinos cuya representación asumían, Como esta dependencia era reconocida se ve también en otro documento enviado por el Gobernador y que se dirige conjuntamente a “justicia, regimiento, oficiales, labradores y vecinos de Bejucal y de Santiago”. (sic) Sin embargo, llama poderosamente la atención que se manifestó en aquel tiempo, y también después, resentimiento contra los vecinos de Santiago, nunca contra los de Bejucal, pese a que compartieron las mismas vicisitudes. Es posible que el origen de esta animosidad está originada por la activa participación de los cultivadores santiagueros en las sublevaciones de 1717 y 1720.No es casual que con posterioridad, cuando los labradores sublevados en 1723 entraron al territorio  a cumplir su objetivo se encontraron, no solo con las fuerzas enviadas por el Gobernador, sino también  con ciento ochenta hombres de a pie y a caballo dirigidos por el hijo del marqués, que auxiliaron a aquellas en el desigual combate.

Mucho se ha especulado acerca de la supuesta traición de los vegueros de Santiago de Las Vegas, sobre todo, por la boca y pluma de los defensores del Marqués de San Felipe y Santiago, el cual, más que apoyo a la guardia de Guazo Calderón,  manda sus hombres para evitar que los sublevados lleguen a sus vegas y cumplan el acuerdo de quemar todo el tabaco, sobre todo, los sembrados, para así lograr que se perdieran las cosechas.(Sic)

Analizado estos precedentes y en lo posible desentrañar la compleja madeja es necesario reflexionar acerca de ciertas incógnitas:

REFLEXIONES AL PASO

A)  ¿Se encontraban los humildes vegueros de ambas zonas (Santiago y Bejucal) en condiciones de aceptar las expoliadoras medidas impuestas por el monopolio español o por su idéntica situación económica sus intereses coincidían con los de sus colegas de otras regiones de la Habana identificándolos plenamente con el movimiento

Si las vegas más florecientes existentes en las ricas tierras de Govea y Rincón y en los égidos de Santiago estaban bajo el dominio absoluto del Marqués de San Felipe y Santiago del  Bejucal

B)  ¿ Cabe la posibilidad real de que este poderoso propietario  súbdito incondicional de la corona, haciendo valer su autoridad en sus dominios rechazara, como lo hizo. la aplicación de las medidas acordadas por los vegueros sublevados  e impidiera  la aplicación en sus dominios?

Dada la proximidad de ambas jurisdicciones y la reiteración del nombre Santiago en el titulo de ambas territorios.

     C) Es posible que el nombre de la ciudad de San Felipe y Santiago del Bejucal ,cercana a Santiago de las Vegas puedo crear confusión a la hora de identificar e interpretar  si es  uno u otro sitio y unos u otros vegueros los que incumplen las medidas de sus colegas y  que esta ambigüedad fuese aprovechada por el Márquez para  culpar a los cultivadores de Santiago  del incumplimiento de los acuerdos.

:Si se acepta que los cosecheros de Santiago de las Vegas traicionaron el movimiento: en el intento de 1723

     (D)  ¿Cómo explicar que dos de los once vegueros fusilados y luego colgados en los      árboles del camino de Jesús del Monte; Pedro González y Elías Martín, eran vecinos de Santiago? Hecho comprobado en los libros de la Iglesia de esta última población.

   En correspondencia con estas y otras incógnitas y la consulta de las cartas de los propios vegueros a las autoridades colonialistas, por el  momento se parte de la hipótesis inicial: en la jurisdicción santiaguera ningún cosechero pobre traicionó al movimiento4.

 Algunos cronistas aseveran que un estanciero nombrado Nicolás Rodríguez, (quien a pesar de nuestras investigaciones no se ha encontrado en los registros de la época) había presenciado el avance de los insurgentes desde el puente de Calabazar en dirección a Santiago de las Vegas, los delató, exponiendo que estos se proponían invadir dicha ciudad. Dicen que ante tal delación las autoridades coloniales se aprestaron a cortarles el paso a los rebeldes. En el sitio donde se produjo el enfrentamiento un veguero cayó muerto, varios resultaron heridos y once hechos prisioneros; el resto se dispersó internándose en los tupidos montes existentes en el lugar. Tiempo después aparecieron ocho osamentas en estos parajes que de pertenecer a los sublevados elevaría a nueve el número de caídos en el enfrentamiento5.Este fue, en efecto, el último intento de los vegueros por sacudirse el yugo de la explotación económica. En el informe del Gobernador se dice que, incluyendo a los nueve caídos en el encuentro, pasaban de cincuenta los que al día siguiente faltaban de los tres partidos, y, en poco tiempo, a pesar de las seguridades que daba el propio bando en que se anunciaba el castigo, se inició un éxodo hacia el oeste en busca de nuevas tierras alejadas del control de autoridades y funcionarios oficiales.

Al revisar los documentos del Archivo de Indias se destacan dos hechos fundamentales: uno, confesado por el Gobernador, de aprovechar la ocasión de dividir a los vegueros en previsión de nuevos levantamientos; otro, no tan explícito, pero que se lee entre líneas: la elaboración de un plan bien meditado para lograr este propósito inculpando a los vegueros de Santiago de actividades hostiles al común. De aquí que el interés en precisar en dos bandos que se publican para informar de los hechos ,que las medidas que se toman se deben al cumplimiento  del compromiso contraído con los vecinos de Santiago y de la ciudad de San Felipe y Santiago, de auxiliarles, como le habían pedido, para defender sus vegas de la destrucción con que los amenazaban los demás partidos. (*) De este modo,se consiguió lo que el Gobernador se había propuesto: aprovechar la oportunidad que se presentaba para escarmiento de los campesinos vegueros y dejarlos desunidos para el futuro. En cuanto a la desunión, se logró tal como se deseaba:

Guazo Calderón manejó  con habilidad todos los hilos de la trama para hacer aparecer  a los santiagueros como traidores a sus hermanos de clase: primero, negándose a cumplir el supuesto compromiso; después, invocando su protección contra ellos y, finalmente, combatiéndolos junto a los soldados, pues :“por labradores de Santiago tomaron a los bejucaleños que se les opusieron al acuerdo”. 6

Todo formo parte de un plan bien trazado tras el cual se esconde ciertos intereses de carácter  territorial, de dominio e intereses económicos del Marquez y el apoyo de las autoridades con el propósito de absorber el pujante núcleo de población vecino, avalado por el Obispo y Gobernador; el señor Núñez de Castilla, además de imponer censos a los vegueros, se convierte en el usufructuario obligado del producto de su trabajo y interviene sin disimulo en los asuntos de Santiago. Esta es la raíz de problemas colaterales ya estudiados y de otros surgidos después durante la fundación de Santiago de las Vegas.

Bien entrada la noche .por el primitivo camino Real del Sur partió la caravana con los vegueros prisioneros que son conducidos a Jesús del Monte. En  la madrugada del 23 de febrero de aquel año 1723, once vegueros caían bajo las descargas del pelotón de fusilamiento en la loma de Jesús del Monte frente a la iglesia. Al amanecer del día 23 los vecinos de Jesús del Monte fueron testigos de un cruel espectáculo. Los cuerpos de las victimas colgaban de los árboles en lo caminos que conducían a Guanabacoa, San Miguel del Padrón y Santiago de las Vegas" para que sirviera de escarmiento público" .Así pagaron con el tributo  de sus vidas aquellos campesinos,-protagonistas de una de las primeras rebeliones  campesinas en América-, su rasgo de civismo y su anhelo de libertad económica representativo del espíritu de lucha y rebeldía de nuestros hombres de campo.

Con la muerte de los vegueros, termina la sublevación, mas no se puede decir que el esfuerzo fuera en vano; la real orden del 17 de junio  de 1724, en consecuencia al informe de Guazo Calderón al Rey, determina  la libre venta de tabaco hasta 1761 en que es impuesto de nuevo el estanco, con idénticas características que en 1717, hasta 1817 en que es abolido y desaparece la Real Factoría.(Sic)

DOS HECHOS ACREDITADOS EN LOS DOCUMENTOS CONSULTADOS

Lo cierto es que dentro de todo este proceso que se identifica como la tercera sublevación de los vegueros, hay dos hechos históricos que tienen un carácter irrefutable:

1-Que Calabazar fue el punto de reunión de los vegueros durante dicha sublevación. Prueba de esta concentración en el lugar que hoy ocupa esta población lo es la propia sentencia de muerte que contra los rebeldes hechos prisioneros, dictó el 21 de Febrero de 1723 Gregorio Guazo Calderón, Gobernador y Capitán General de la Isla y que en una de sus partes dice textualmente::”... a cuio fin se juntaron en el río Calabazal, una legua distante de dicho partido de Santiago.”*

2-Que la emboscada de las fuerzas españolas contra los sublevados se realizó en un punto no identificado entre Calabazar y el lugar donde en la actualidad se encuentra Rancho Boyeros, aunque por la descripción que aparece en documentos consultados en el Archivo de Indias, se supone que dicho enfrentamiento se produjo en las alturas del Jíbaro, después del cruce del arroyo de su mismo nombre.

Concluida la rebelión, primera en la historia nacional, y suspendido el estanco del tabaco se reinició el florecimiento de las vegas a ellas se sumó la creación de molinos de rapé, levantados por poderosos hacendados y otros que se dedicaron a producir polvo de tabaco, muy solicitado en estos tiempos por la aristocracia europea. Hacia 1721-1725 se concedió licencia para no menos de 16 ó 17 molinos de rapé, todos erigidos en las márgenes del río, en el tramo comprendido el Cerro y la Chorrera de Managua. Dos de estos se levantaron en Calabazar por el propio Juan Núñez de Castilla, Marqués de San Felipe y Santiago del Bejucal 7.Corta fue la existencia de dichos molinos porque desaparecieron durante la enorme crecida del río en el huracán de 1791 y no se volvieron a levantar por haber pasado ya la edad de oro del comercio de rapé.

CONCLUSIONES

La Sublevación de los Vegueros — en 1723— fue  la primera gran rebelión  contra el poder colonial en Cuba, si descontamos la legendaria  actitud  de Hatuey, el aborigen antillano precursor. Aunque de carácter económico, la lucha de los vegueros tuvo una resonancia incluso fuera del ámbito de  las mismas Cortes Española y su final, sangriento y desolador, abriría una etapa de luchas que fue  agudizándose con el tiempo.

La realidad de lo ocurrido en Santiago de Las Vegas no se ha podido precisar plenamente los historiadores de la época colonial no se atrevieron a tocar este tema; cuando más, reprodujeron informaciones oficiales; pero hay varios elementos que abonan la tesis de que la tradición oral no miente cuando dice que los cosecheros de Santiago estuvieron presentes en las tres sublevaciones  combatiendo el estanco. De ser así, es un error histórico afirmar que los campesinos cosecheros de tabaco de Santiago traicionaron el movimiento, esto constituye una muestra más que hay capítulos de la historia nacional que deben ser reanalizados  y reescritos para evitar la reiteración de imprecisiones y lamentables errores que se continúan repitiendo hasta nuestros días y que desfigura los acontecimientos más lejanos. He aquí una de las razones que obliga a prestar atención a ciertos temas de la historia cubana. En este caso particular es hasta nuestros días una  página histórica aun por  investigar y desentrañar. A pesar de algunas imprecisiones y vacios esto no quiere decir que Santiago de las Vegas  desmerezca  la presencia del Monumento a los Tabaqueros y vegueros erigido en  la entrada de esta ciudad. Todo lo  contrario, la presencia y rol desempeñado tradicionalmente  por este sector de la sociedad criolla local presente en el cultivo de la aromática hoja, su papel en la fundación de esta ciudad, el hecho de encontrarse en su demarcación el lugar de la reunión y del encuentro armado con las fuerzas del gobierno colonial durante la última sublevación, la presencia de vecinos entre los primeros mártires de aquel hecho histórico y la participación de los tabaqueros santiagueros en las guerras de independencia y sus vínculos con José Martí, entre otros es aval más que suficiente y digno premio para la presencia de dicho monumento en el sitio que ocupa desde su erección en los años cincuenta. Esto no admite  discusión.

Acerca del autor

 Mc. Dr. Ciencias Históricas. Profesor Universitario, historiador, periodista  y escritor con publicaciones en Cuba, España, Estados Unidos y Latinoamérica. Especialista en Cultura y tradiciones e Historia Regional y Local.

BIBLIOGRAFIA Y NOTAS

1-El cultivo del tabaco, así como la preparación de la hoja para su consumo, tal y como había aprendido el conquistador del aborigen, “requería mucha maña, mucho cuidado y experiencia” , lo cual no se lograba con el trabajo esclavo traídos de África. Esto animaba la emigración blanca de campesinos, principalmente de Islas Canarias, los que poseían una experiencia determinada en la atención a los cultivos y presentaban aptitudes para llevar a cabo el desarrollo del nuevo cultivo. Esos hombres eran pioneros y antecedente más cercano  de nuestros tradicionales guajiros.

2-En este decreto del estanco, existen disposiciones específicas que son dignas de tener en cuenta para cualquier análisis; en primer lugar la determinación de zonas de cultivo, dándose a lugar que el tabaco producido en La Habana, era el de más alta calidad, por lo que el tabaco habano se mandaría a España y el resto se distribuyera en plazas dadas y señaladas en el decreto, señalándose que para asegurar el cumplimiento de este aspecto se promulgaba una diferencia de precios. A esto se sumó el volumen de exportación que unido a los precios, iba en contra de los intereses de los intermediarios, especuladores y comerciantes que mediaban entre el veguero y el área de comercio y principalmente los campesinos cultivadores de la preciada hoja. Esos hombres humildes eran utilizados ingenuamente como tropa de choque para defender esos intereses.

3-- Juan Francisco Zaldívar: Manos Fundadoras.

4/ Estrada Azucena y N.Campos. Los vegueros en la historia habanera

5- Pérez de la Riva, Juan. La división territorial y la conquista del espacio cubano. Períodos colonial y neocolonial (1511-1953), Manuscrito B. N.

*=  Estrada Azucena y uri Campos, Ob. Cit.

*En esta cita se ha respetado la ortografía original del documento.

6- Estrada Azucena y N. Campos. Los vegueros en la historia habanera

7- Revista Habano, “Los molinos de tabaco hasta 1720.”  La Habana, febrero de 1940. pp. 10

8-Levi  Marrero. “Cuba; Economía y Sociedad.”Edit. Playor S.A. Madrid. Tomo III. Pág. 237.

9-Francisco Fina García. Historia de Santiago de las Vegas.

10-Historia del Municipio Boyeros. Identidad de la ciudad y sus municipios.

11-Francisco Montoto García- Historia de Santiago de las Vegas

12- Web Santiago de las Vegas en Línea

13-Revista Cacahual. Miami Fla.

DOCUMENTOS

-Intercambio de correspondencia entre el  Gobernador Guaso Calderón y el Marques de San Felipe y Santiago del Bejucal.

-Documentos y cartas de los vegueros a las autoridades coloniales conservadas en el Archivo de Indias

- R. S. P. L. H. Memoria de la Ciudad de San Felipe y Santiago, T-I, p. 14.

- José Luis Alfonso Lanza y Hugo Antero Marrero González. Enfoque histórico sobre El Tabaco, Los Vegueros y Los Tabacaleros. Publicado a la‎(s)‎ 31 dic. 2009 10:13 por Alejo E. Teme Simón

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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